sábado, 7 de mayo de 2011

Depresión y Celotipia: factores en un parricidio


La depresión es un tipo de trastorno del ánimo que se caracteriza por un estado de tristeza permanente, por la pérdida del interés y la incapacidad para sentir placer. Frecuentemente se alterna con pensamientos recurrentes de muerte, estados de irritabilidad y concepción de una vida sin sentido; una baja valoración personal, falta de apetito, sentimiento de inutilidad, entre otros.
Generalmente un trastorno depresivo mayor es provocado debido a un “estrés psicosocial” anterior grave, como la muerte de un ser querido o una separación matrimonial, como es el caso de Medea.

Los trastornos del ánimo como la depresión son primero que nada trastornos mentales. Los trastornos no se pueden definir de forma que englobe a todo el concepto en sí, pues las enfermedades médicas se definen desde varios puntos de vista, considerando varias posibilidades, y varios conceptos en sus definiciones como por ejemplo “., malestar, descontrol, limitación, incapacidad, inflexibilidad, irracionalidad, patrón sindrómico, etiología y desviación estadística” Todos estos conceptos sin embargo por separado no son capaces de definir lo que es un trastorno mental.

Sin embargo se propondrá la siguiente definición: el trastorno mental es conceptualizado como un síndrome (conjunto de síntomas que no llegan a ser una enfermadad). . . de significación clínica, que aparece asociado a un malestar (p. ej., dolor), a una discapacidad (p. ej., deterioro en una o más áreas de funcionamiento) o a un riesgo significativamente aumentado de morir o de sufrir dolor, discapacidad o pérdida de libertad.”

Un trastorno mental no son:

*respuestas acorde al contexto cultural en una situación determinada (por ejemplo el duelo)
*opciones personales en política, religión, sexualidad, ni los conflictos entre la persona y la sociedad, a menos que “la desviación o el conflicto sean síntomas de una disfunción.

Según el sicólogo Alex Droppelmann en una encuesta realizada en el 2005 en Estados Unidos sobre los parricidios, en el 75% de los casos había asociada una depresión inherente a la madre.



Los parricidios hacia los hijos en muchos casos están asociados a los celos de la madre.
La palabra celos deriva del griego zelos, que se refiere a una intensidad en los sentimientos.
Los celos responden a un hecho o acontecimiento que se ve como una amenaza sobre una relación que se tiene, se cree tener o se cree aún tener y que es considerada valiosa. La característica de “valor” es primordial, pues si una relación no es importante, no provocará celos.

Freud describe los celos como uno de esos estados afectivos, como la tristeza, que hemos de considerar normales. Todos sienten celos alguna vez en su vida, lo que se aleja de la normalidad es como se provocan y la forma de reaccionar a ellos. Las reacciones desmedidas son las que generalmente derivan en crímenes pasionales. Menciona, además, que estos se caracterizan por componerse de tristeza (posible evidencia de depresión), una comprensión dolorosa de que en la vida no se puede tener todo lo que uno desea y sentimientos de odio y repulsión hacia el rival exitoso. Otra de sus características y por lo demás importante en el análisis, es que las mujeres tienden a deprimirse a causa de los celos, lo que se condice con el planteamiento anterior de depresión.

Los celos pueden ser más o menos exagerados según el acontecimiento que los provoque. Una ruptura matrimonial por abandono puede influir más intensamente en una mujer porque estás suelen considerar las relaciones sentimentales como el eje central de su vida y esperan encontrar un sentido en ellas que sea aplicable a todo su existir. Debido a ello pueden reaccionar irracionalmente al ser abordada por los celos.

Una razón por la que hombres y mujeres cometen crímenes pasionales es para recuperar el poder que de cierta manera se les ha quitado al ser traicionados, para mostrar su superioridad y retomar la seguridad en sí mismos.

Según el sicólogo Ralph Hupka, las reacciones que se dan frente a los celos están condicionadas culturalmente como aceptadas o no aceptadas por el hecho que definen o no definen un acontecimiento determinado como una amenaza y, por el hecho que nos propone ciertas opciones para responder cuando un acontecimiento es definido como una amenaza. En ciertas culturas reaccionar matando al amante o a la pareja es una reacción aceptada y justificada.

Sobre los celos el sicólogo Alex Droppelmann asegura que los celos que matan son celos patológicos, es decir enfermizos. Si bien hay muchos hombres infieles y muchas mujeres celosas, no siempre se recurre a los asesinatos, en sus palabras “debe existir estructura una celotipia sicótica o sicopática detrás de ello”, es decir en español, debe tener una enfermedad mental.

Alex Droppelmann y el caso de los "hermanos Rojo"


En la siguiente entrevista del noticiario de chilevisión, el sicólogo Alex Droppelmann se refiere al caso del hermanos Rojo relacionándolo análogamente al mito de Medea y señalando que la madre parricida en este caso poseería una enfermedad mental y síntomas de celotipia.

Lo que actualiza el Mito de Medea

¿Qué es lo que provoca que se renueve el mito de Medea en nuestra realidad? ¿Qué hace a Medea una representación actual de algunas mujeres del siglo XXI?

He aquí dos explicaciones científicas para ello:

1. Freud sostiene que es debido a que sicología y mitología son intercambiables. Inconscientemente el autor griego del mito o de la adaptación de este habría plasmado continuamente en su obra metáforas de la realidad con el fin de interpretar y tener una perspectiva mejorada de los sucesos que en ella ocurren. Es decir hay algo que acontece en nuestro mundo que es reflejado metafóricamente en el mito; particularmente en Medea podrían ser los parricidios y en su defecto los asesinatos pasionales.

2. Jung afirma que en la mente humana existen una serie de “patrones indefinidos” que compartirían todas las culturas y civilizaciones y que guiarían nuestra forma de actuar. Estos patrones son los arquetipos, y se verán repetidos y reflejados en todas las mitologías de las diferentes culturas. Si bien los personajes no serán los mismos, si lo serán sus motivaciones esenciales y sus consecuencias psicológicas. Estos arquetipos serían un conocimiento a priori, heredado culturalmente, y no empírico. En este caso el arquetipo de la mujer celosa y despechada que mata en venganza de la traición.

El mito en la actualidad: síndrome de Medea


Si bien el mito de Medea es de hace siglos y siglos atrás, es sin embargo reconocible en la actualidad. Se mencionan nuevas Medeas en los diarios, en las noticias, en internet. A estas mujeres ahora y en la actualidad se les ha denominado parricidas. Los parricidas son personas que asesinan a su propia sangre o cónyuge: marido, hermanos, hijos, padres, etc. Se han dado varios casos de este tipo en Chile, muy similares a los del mito en cuestión.
Un caso de connotada atención pública fue el “caso de los Hermanos Rojo”. Caso de una mujer que a martillazos mata a uno de sus hijos y provoca serios daños neuronales al otro, con el fin de vengarse de su marido que coqueteaba, según ella, con otra mujer. Así como este hay muchos otros casos. Con una simple búsqueda en internet se puede encontrar más madres parricidas que engruesan la lista del llamado “síndrome de Medea”.

El mito como símbolo

El Mito, es definido como un símbolo en palabras. El símbolo, a diferencia del signo, es una entidad que posee un significado global, que va más allá de lo superfluo, se concentra en lo trascendental. El símbolo, y por ello el Mito, se interpreta y se vuelve a interpretar cada vez que estamos frente a él. No es posible desentrañar de modo completo todo lo que un símbolo nos “quiere” expresar, pues su interpretación, al igual que la literatura, es histórica. No interpretará lo mismo un niño que un adulto, ni un citadino lo mismo que un campesino, ni una persona del siglo X lo mismo que una del siglo XXI, pues sus vivencias los diferencian. El signo, por el contrario, tiene una interpretación única, es “acabable” en su extensión y no otorga visiones renovadoras sobre lo referido. El Mito como símbolo siempre se nos presentará como una entidad nueva, fresca. El símbolo se re-vive y se re-escribe en cada enunciación.
El mito como tal, no corresponde a un hecho lógico racionalista, si no a un acto de sumisión a lo inexplicable expresado por el mito, es casi un acto de fe haciendo una analogía con la religión católica. Por ello, una explicación racional del mito es la muerte del mismo, pues el mito no se entiende por su significado lógico, si no por una comprensión que va más allá de la literalidad.

Medea, el mito y la tragedia de Eurípides


Medea es una obra dramática perteneciente al género de la tragedia griega escrita durante el siglo V a.C. por un tragediógrafo llamado Eurípides.

La tragedia de Medea está basada en el mito de Medea, mujer de la Cólquide, una ciudad ubicada en los confines de la tierra conocida por los griegos.

El Mito trata de Jasón y las aventuras de los argonautas. Jasón era hijo de Esón, rey de Iolcos, quien fue arrancado del poder por su hermano Pelias. Cuando tiempo después Pelias ya reinando consultó sobre su futuro al oráculo, este le dijo que tuviera cuidado con un hombre que usara una sola sandalia, porque amenazaría la continuidad de su reinado. Jasón, que había sido criado por un centauro fuera del reino de Iolcos, un día decide volver a la ciudad para recuperar el trono que por herencia le correspondía. Al dirigirse a la ciudad y cruzar el río que está fuera de ella este pierde una sandalia en el agua. Se presenta en la ciudad calzando sólo una sandalia, lo que atemorizó a Pelias. Jasón se presento a Pelias reclamando el trono, a lo que Pelias respondió que si el le traía el vellocino de oro, que había sido robado tiempo atrás, el le entregaría el trono.
La misión era peligrosa, consistía en navegar hasta el fin del mundo para recuperar el vellón de oro que estaba escondido en la Cólquida, ciudad donde un antiguo antepasado lo había escondido.

Jasón se dio a la tarea de construir una nave, que se llamaría Argos, pues el mismo Argos le ayudo a construirla. Lo acompañaron un grupo de héroes griegos a la gran aventura los que recibieron el nombre de argonautas. Los argonautas viajaron un largo tiempo superando obstáculos y aventuras que se les interponían hasta que finalmente llegaron a la Cólquida, en donde desembarcaron.

En la Cólquida reinaba el rey Eetes, a quien Jasón confezó su propósito. Eetes le permitió tomar el vellocino de oro solamente si lograba superar las dificultades que el le impondría.
Las pruebas eran: uncir a los toros que custodiaban el vellocino de oro, luego ara un campo con ellos y arrojar en los surcos unos dientes que Atenea había entregado al rey. Posteriormente debía vencer a la serpiente que nunca dormía y que custodiaba a las pies de un árbol el vellocino de oro.

Para superar dichas pruebas Jasón hubo de solicitar la ayuda de Medea, la hija hechicera del rey Eetes y quien se enamoró perdidamente de Jasón. Medea utilizó su brujería para ayudar a su amado. Primero le dió un brebaje mágico para que los toros no pudieran hacerle daño. Ya habiendo uncido los toros, aró el campó y arrojo los dientes en los surcos, de los cuales surgieron soldados armados que se abalanzaron sobre el héroe. Siguiendo las instrucciones de Medea, tiró una piedra entre los hombres y estos comenzaron a pelear entre sí. Luego Medea bañó a Jasón de un líquido especial, durmió a la serpiente y este pudo recuperara el vellocino de oro, pero la serpiente despertó y se lo tragó, más con el baño mágico que Medea le había dado, la serpiente lo vomitó.

Medea y Jasón huyeron juntos de la Cólquida con el vellocino de oro en sus manos. Sin embargo su hermano Apsirto notó el robo y comenzó a perseguirlos por el mar hasta que los alcanzó, pero murió en sus manos y fue descuartizado por Medea y arrojado por trozos al mar, pues esta sabía que su padre Eetes también los venía persiguiendo y se tendría que detener a recoger las partes de su hermano para juntar el cuerpo y darle un digno entierro, lo que le quitaría tiempo.

Logran huir y llegar hasta Iolcos, en donde un sorprendido rey Pelias los esperaba. Pelias se negó a entregarles el trono aunque habían cumplido la misión. Mas Medea se aprovecha de la vanidad de Pelias y le dió la posibilidad a sus hijas de rejuvenecerlo sin que ello conllevara la entrega del trono. Medea descuartizó un cordero viejo, lo puso en un caldero, añadió una fórmula mágica y del caldero nació un corderito nuevo. Medea enseñó la fórmula a las hijas del rey, quienes lo descuartizaron y lo colocaron dentro de un caldero, pero cuando estas debían conjurar la fórmula mágica Medea no se las dió por lo que de esta manera Pelias muere. Jasón horrorizado por lo que había hecho Medea rechaza el trono y huyen de Iolcos.

Medea y Jasón, ambos exiliados se unen en matrimonio jurándose eterna fidelidad.
Luego de años arriban a Corinto, con dos hijos, pero Jasón, hastiado de las brujerías de su mujer decide abandonar a Medea por la princesa de la ciudad, Creúsa, que se la había ofrecido en matrimonio el rey Creonte. He aquí donde comienza la tragedia de Eurípides.

Medea al verse traicionada, amenza con matar a Creúsa por lo que Creonte la expulsa de la ciudad dándole un día para abandonarla con sus hijos. Medea ruega a Jasón que le pida que sus hijos permanescan en el lugar y para ello los manda con regalos envenenados a ver a Creúsa quien muere junto a su padre producto de ellos. Finalmente, mata a sus dos pequeños hijos para hacer sufrir a Jasón en forma de venganza por su traición.